Reproducimos este escrito recordando lo acontecido un 6 de febrero de 1980 en la Medianía..
Nota: Desahucio en el Palmar,
uno de los cuentos del libro Capá prieto, recoge la historia del
asesinato de Adolfina Villanueva un 6 de febrero de 1980 en Loíza,
Puerto Rico. Su hermana Marta lo relata en este reportaje publicado
por el periódico El Nuevo Dia el 7 de febrero de 2010. Marta fue
entrevistada por la escritora Yvonne Denis y sus relatos fueron los que
generaron la creación de dicho cuento desde bases históricas.
“Marta Villanueva recuerda vívidamente la muerte de Adolfina, ocurrida hace 30 años.
Por Jorge L. Pérez /
jperez@elnuevo.com
http://www.elnuevodia.com/yocreoqueellosfueronalliamatar-668915.html
Adolfina
Villanueva Osorio tenía 34 años cuando, el 6 de febrero de 1980, murió
baleada por la Policía que intentaba desalojarla de la humilde casa de
madera localizada en el sector Tocones del barrio loiceño de Medianía
Alta. La mujer presuntamente había salido machete en mano de la casa
en que vivía con su esposo y sus seis hijos para enfrentar el masivo
operativo del desahucio, compuesto, según se informó entonces, por
cinco alguaciles y 16 policías.
Adolfina murió de un disparo en
el costado. Su esposo, el pescador Agustín Carrasquillo Pinet, quedó
herido de cuatro balazos en una pierna. Dentro de la casa, de acuerdo a
un estremecedor relato que el viudo le hizo días después al reportero
José Rafael Reguero, de El Nuevo Día, algunos de los seis hijos -de
entre 2 y 12 años, todos nacidos en el mismo lugar- lloraban a gritos
en medio del tiroteo.
Según éste, la policía continuó
disparándole a la casa aún después de matar a su esposa y herirlo a él,
y completó su faena lanzando gases lacrimógenos.
El desahucio
se completó a cabalidad, de acuerdo a la orden de un juez: la acción
violenta comenzó en la mañana; una aplanadora hubo de derribar la
vivienda de madera antes de que anocheciera. La orden legal se produjo a
raíz de un caso presentado por el terrateniente Veremundo Quiñones,
quien compró los terrenos que el dueño anterior le había cedido al
padre de Adolfina y éste, a su vez, permitió que construyera su
vivienda el pescador Carrasquillo luego de casarse con su hija.
Días
atrás, Marta Villanueva, hermana menor de Adolfina, quien era entonces
estudiante de la UPR de Río Piedras y, es hoy en día directora de
escuela, recordó con emotividad lo ocurrido 30 años atrás.
“Yo
creo que ellos (los policías) fueron allí a matar”, dijo. “Mi cuñado se
salvó porque se hizo el muerto y ellos no se dieron cuenta hasta
después”.
Su cuñado, prosigue, fue quien identificó al sargento
Víctor Estrella como quien hizo el disparo que mató a Adolfina.
Estrella fue absuelto en el juicio. “El problema fue que se le acusó de
asesinato y no se pudo probar la premeditación”, dice Marta
Villanueva. “En ese juicio hubo muchas irregularidades y se dijeron
muchas medias verdades y mentiras: se habló de que mi hermana había
salido con algo en la mano para agredir a la Policía, pero también
dijeron que en la casa habían encontrado unas bombas molotov”. “Las
supuestas bombas molotov eran unas grillas que usaba mi cuñado para
alumbrarse de noche cuando salía a pescar o a cazar jueyes”.
Y, según Marta, la demolición de la vivienda tuvo también el efecto de borrar gran parte de la evidencia.
“Antes de que lo acabaran todo, logramos rescatar una ventana”, dijo. “Estaba llena de agujeros de balas”.
“Según la prueba de balística, los agujeros iban hacia adentro, hacia el interior de la casa”.
Allí estaban en esos momentos los tres hijos menores del matrimonio: los mayores habían partido hacia la escuela.
Dos de los hijos han muerto ya. Otro estuvo preso largo tiempo en los Estados Unidos.
“Destruyeron a esa familia”, dijo Marta. “Esos niños se criaron sin una madre que los pudiera ayudar”.
A
pesar de esto, y quizás acrecentada en parte debido al fallo judicial,
Adolfina Villanueva ha quedado plasmada como un símbolo perpetuo para
los que antes y después han luchado por permanecer en sus tierras
ocupadas.
“Quizá pueda decirse que ahora las autoridades son un
poco más cuidadosas”, dijo Marta, “pero los abusos de la Policía
continúan y se sigue sacando a la gente de las tierras que vienen
ocupando desde hace tiempo”. “
~ por Yvonne Denis en febrero 7, 2010.