martes, 6 de enero de 2015

A 35 años del vil asesinato de ADOLFINA VILLANUEVA la MATANZA de MUJERES continúa con IMPUNIDAD

A 35  años del vil asesinato de ADOLFINA VILLANUEVA la MATANZA de MUJERES continua con IMPUNIDAD !!
ASESINATOS DE MUJERES- 1 y a veces 2 POR SEMANA- MAYORIA 20 a 39 años
"... quedan ellas como responsables de su muerte. Y aun cuando arresten a alguien,... serán ellas las responsables de salir a caminar, sabiendo que arrastraban consigo la peligrosidad de ser mujer donde quiera que se encuentren."
SAL A CAMINAR: GéNERO Y PELIGROSIDAD
por Guillermo Rebollo Gil via 80grados
Es un área peligrosa. Han matado gente ahí. Han aparecido carros hurtados también. Todos los vecinos lo saben. Todos los vecinos son familia, según el reportaje. Entrevistan a un tío, a un primo. Ambos señores mayores. Hablan de lo peligrosa que es el área. El área es un bosque. Hablan de cómo las dos mujeres tenían una rutina de caminar a la misma hora por el bosque. Caminaban para ejercitarse donde mismo han matado gente. Donde mismo aparecen carros hurtados.
La peligrosidad del área está cifrada en la desaparición de personas, en la aparición de autos. La policía investiga. Sin embargo, hasta el momento no hay sospechosos. Hay sólo bosque, dos cadáveres de mujeres e ideología.
La reportera coincide con los dos señores mayores, comparte la renuencia a decir “la peligrosidad de ser mujer en cualquier área”. En cambio, habla de cómo en el bosque han matado gente, de cómo en el bosque han aparecido carros hurtados, de cómo todos los vecinos son familia y lo saben, de cómo las dos mujeres debían haberlo sabido también, de cómo aun sabiéndolo, mantenían una rutina de ejercicios en el área.
A falta de sospechosos, quedan ellas como responsables de su muerte. Y aun cuando arresten a alguien, aun cuando la policía obtenga una confesión y se arresten a alguien, aun cuando la policía obtenga una confesión y se conozcan los detalles del crimen, serán ellas las responsables de salir a caminar, sabiendo que arrastraban consigo la peligrosidad de ser mujer donde quiera que se encuentren.
Áreas de peligro para las mujeres en Puerto Rico: casas, estacionamientos, bosques, calles, aceras, parques, escuelas, lugares de trabajo, cuarteles, cárceles, universidades, estructuras abandonadas, parques, carros, autobuses, tribunales, aeropuertos, centros comerciales, apartamentos, residenciales públicos, barrios, urbanizaciones, lugares bien alumbrados, lugares oscuros, donde quiera que haya mucha gente, donde quiera que no haya nadie, donde quiera que haya un desconocido, donde quiera que haya alguien amado. Donde quiera. No es una lista exhaustiva.
Ahora, a modo de comparación, áreas de peligro para hombres: donde quiera que maten mucha gente, donde quiera que aparezcan carros hurtados. 
No es un análisis científico. Es más bien caprichoso, visceral, pues ¿dónde no matan mujeres en Puerto Rico? ¿Cuándo no las responsabilizamos por lo acontecido? La contestación a la primera pregunta es no existe tal lugar. La contestación a la segunda es aún no hemos posibilitado ese contexto social. Hasta entonces, quizá convendría hablar de la peligrosidad como una condición inherente a la construcción del género femenino y a la vida según vivida por la multiplicidad de mujeres en nuestro contexto actual. O, mejor, quizá convendría apeligrar el género según entendido, impuesto y sufrido en el país.
A estos fines, áreas de peligro para la ideología imperante en torno al género en Puerto Rico: Estos versos: “no me saluden, déjenme así: apestada/ espinada con la rosa, hincada/ en esta piel de lama hedionda./ no me hablen, no me miren; por lo menos no grito./ déjenme sola, coño/ déjenme con mis pestes/ DÉJENME QUE ME JODA/ – que esto pasa– ” (AM Dávila)
No es una lista exhaustiva. Para nada. Es un muestrario de disidencia preparado a raíz del asesinato de dos mujeres en un bosque en Arecibo. Según el reportaje, ellas tenían la costumbre de salir a caminar en las mañanas para ejercitarse. Salir puede ser peligroso [si se es mujer] . Tener costumbres puede ser peligroso [si se es mujer]. Las mañanas son peligrosas [y las tardes y las noches, si se es mujer]. Esto no lo dice el reportaje. 

El reportaje se enfoca en la peligrosidad del área, en la insistencia de ellas en salir para ejercitarse; en sacar tiempo cada mañana para, qué se yo, hacer lo que les venga en gana, sin necesariamente pensar en lo peor, o aun pensándolo, decidir que una puede, si así lo quiere, salir a caminar sin arriesgarlo todo. Según el reportaje, eso fue un error. 
Según el reportaje, se lo buscaron. Como si la muerte de mujeres en un país como el nuestro verdaderamente tuviera que ver con las circunstancias y hechos particulares de cada caso. Como si las salidas, las costumbres y las mañanas no formaran parte de ese conglomerado de bienes y haceres desigualmente repartidos en el país, según el género [y la raza y la orientación sexual y la clase social] de las personas. Como si tomar por costumbre hacer de tus mañanas algo inevitablemente tuyo, como mujer, en contra de todas las expectativas socialmente establecidas para ti como mujer, no amenazara al patriarcado de formas casi imperceptibles, pero capaces de costarte la vida. Sobre eso debió haber sido el reportaje. Pero la prensa también es un área de peligro para las mujeres en Puerto Rico. 
No es una conclusión científica. Es más bien caprichosa, visceral, pero ¿de qué otra forma reaccionar al asesinato de dos mujeres más en el país? ¿Cómo identificar a los verdaderos responsables? La contestación a la primera pregunta es con aún más indignación, dolor y militancia. La contestación a la segunda es sus nombres están escritos en la pared tras la mujer en la foto. Lo demás es puro bosque. Andar perdidos.
http://www.80grados.net/sal-a-caminar-genero-y-peligrosidad/

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