lunes, 27 de abril de 2009

¿Qué paso el 6 de febrero de 1980?

6 de febrero de 1980, fecha que lucha por ser recordada. Se acaban de cumplir 29 años de un acto abusivo. ¿De quién se trata?¿Dónde ocurrió?¿Qué pasó?

 Adolfina Villanueva una mujer casada con Don Agustín Carrasquillo y madre de  seis hijos, fue asesinada de un escopetazo en medio del desalojo. Defendió su hogar frente al mar, en el barrio Medianía Alta del sector Tocones en Loíza. Fueron desalojados el 6 de febrero de 1980. El terrateniente del lugar Veremundo Quiñónez logró que se emitiera una orden de desahucio y demolición de la humilde vivienda construida de madera y zinc.

Los Carrasquillo Villanueva vivían en estos terrenos 21 años antes de ocurrir esta tragedia. Sin embargo, Don Victoriano Villanueva, padre de Adolfina vivió allí desde la década de los 40. El dueño anterior Juanin Suárez  le había dado permiso para construir dos casuchas e inclusive le señaló que se encontraba a las afueras de su propiedad. Luego esos terrenos quedaron abandonados, pero los Villanueva continuaron trabajando esa tierra teniendo sembradíos de yuca, papaya, gandules, entre otros tantos frutos.

Cinco años después que el nuevo dueño Veremundo Quiñónez, comprara esas tierras empezó el litigio. Éste alegaba que las casas se encontraba en su terreno y que debían ser destruidas. El problema se extendió por dos años en los cuales el departamento de recursos naturales sometió  un plano, donde la casa se encontraba dentro de la propiedad.

   Agustín Carrasquillo fue a una financiera  en Canóvanas  y obtuvo un préstamo de $600.00 que utilizó para su representación legal. antes de la tragedia los Carrasquillo Villanueva hicieron numerosas gestiones buscando ayuda para su situación. Fueron a la fortaleza, intentaron negociar una indemnización que les fue negada, buscaron ayuda del representante Ángel Viera Martínez, acudieron  al comité del PIP e inclusive escribieron cartas al para ese entonces gobernador Carlos Romero Barceló, las cuales nunca fueron respondidas.

  Una orden de desahucio que había firmado el juez Edgardo Márquez Lizardí del tribunal de distrito de Río Grande, llevó a cinco alguaciles y a más de dieciséis oficiales de la fuerza de choque para llevar a cabo la misma. El hecho ocurrió a eso de las  nueve de la mañana.  “Van a tener que salir de aquí a las buenas o a las malas” gritó el sargento según las alegaciones, sus hombres rodearon la casa. Para obligarlos a salir lanzaron bombas lacrimógenas sin importar en lo mínimo la presencia de niños, entre ellos una menor de tres años y un bebé de un año y medio que dormía en su cuna cuando comenzó el siniestro ataque a su familia.

 Según la policía “un desgraciado accidente” fue lo que sucedió. En la versión de la policía dicen que al Sargento Víctor M. Estrella se le safó un tiro cuando ella “le lanzó gas kerosén al rostro”. Además, había salido en defensa de su hogar con un machete.  Mencionan el resultado del caso como defensa propia. Se defienden con la amenaza de un arma departe del señor Agustín Carrasquillo quien resultó herido de bala en presencia de dos de sus hijos los cuales vieron el asesinato de su madre.

 Estos hechos difieren de la versión oficial, ella murió corriendo hacia la parte de atrás para proteger a sus hijos, no tenía machete y no les tiró gas kerosén. El hombre acepta que tuvo un arma mohosa, vieja y hasta rota pero no estaba cargada. En una entrevista con Eugenio Hopgood Don Agustín alega que “unos tecatos fueron a provocarlo a su casa. La familia tuvo que encerrarse mientras unos doce individuos lanzaban piedras y botellas en contra la casa”. Él dedujo que habían sido enviados por el terrateniente debido a que estos les gritaban que sí no se iban de allí, les iban a quemar la casa. Esto lo motivó a comprar un revolver y a conseguir la licencia para poseerlo de forma legal “lo guardé en un closet y allí se quedó cogiendo moho, cuando vinieron a sacarnos de aquí lo saqué para entregarlo no vaya  a ser que hubieran problemas”. Pero nunca menciona que le haya apuntando con ésta a ningún oficial, además no existe manera de corroborarlo, debido que el caso fue llevado a corte y no aparece.

 El hogar fue demolido ese mismo día, para “limpiar la escena”, por empleados del terrateniente. De la casa sólo se recuperó una ventana con ocho orificios de bala. El Negociado de Investigaciones Criminales “NIE” concluyó que la policía había excedido el uso de la fuerza, sin importar esto el jurado absolvió al Sargento Víctor M. Estrella por la acusación de asesinato en segundo grado.

 Este acto que se llevó a cabo de forma abusiva, sirvió como advertencia para el resto de las familias que se encontraban viviendo en el sector Tocones de Loíza. “Después el barrio quedo desola’o por ver cómo matan a una persona por un puñado de tierra, que cuando uno se muere no se lo va a lleva” menciono Don Gregorio quien fue residente del barrio Tocones de Loíza en una entrevista con Cándida Soto del periódico Claridad. Esto representa la opresión que tienen los grandes intereses hacia el pueblo. Después de este suceso se abrieron más comunidades, las cuales no se han liberado del repudio de la policía y/o grandes intereses, como por ejemplo: Villa sin Miedo, Villas del Sol, entre otras, actualmente la más conocida Villa Esperanza.

Esta investigación me ha llevado a analizar ¿por qué la mataron? Y he recibido estas contestaciones: era pobre, no tenía con qué pagar una mejor defensa o comprar a los jueces. Segundo era negra, el racismo en aquella época era más fuerte que en la actual. No tenía instrucción académica y no sabía cómo defenderse delante de los grandes intereses. Es un símbolo femenino y el machismo en este país es muy fuerte. Alguien me dijo que por miedo, debido a que los ánimos en ese tipo de situación están muy caldeados, este es el que yo elijo. Debido a que la fuerza de choque se supone que esté entrenada para controlar grandes multitudes que estén fuera de control. Según la Policía de Operaciones Tácticas ellos van como un tipo de protección a sus compañeros, en mi opinión van en protección a los grandes intereses. Ellos tienen miedo de perder el empleo con el que sustentan su hogar. Los grandes intereses tienen miedo de no poder llevar a cabo sus planes por culpa de una humilde familia.

  Adolfina es un símbolo de lucha, murió defendiendo la justicia social. Ella es símbolo de racismo, derecho de vivienda, de los menos pudientes en el país, en cierto aspecto pena de muerte, desigualdad de género. Su resistencia ha sido símbolo de la lucha de las comunidades de Piñones-Loíza en defensa de su dignidad, su tierra, su cultura afro antillana y su derecho a un desarrollo auténtico de base comunitaria en contra del desarrollo desmedido. Ella representa la lucha en contra de los que tienen y quieren más.


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